miércoles, 7 de mayo de 2008


Odio la rutina , pero debo confesar que este último tiempo vivo inmersa en ella.
Vida uniforme. Desde lo externo, estática.
Me levanto , curso , vuelvo, estudio , vuelvo a cursar y así ...
Cuando me encuentro con algún amigo/a , y me pregunta cómo va mi vida, hablo de inevitablemente, la Facultad y mis proyectos.
Niente piu -nada más-.
Ahí es donde me preocupo ... y me enfrento con mi, (para nada estática ni rutinaria) mente.
Supongo que será una etapa .
Percibo (o me consuelo) pensando que no es más que una etapa de transformación.
Son esos períodos de aparente tranquilidad, que se vuelve difusa por momentos, con los límites de la angustia , añoranza y melancolía.
Esos momentos , donde la introspección hacia nuestro mundo es casi permanente.
Sin embargo, estando en la tranquilidad de lo predecible, el mundo circundante, que al contrario transcurre vertiginosamente ... aparecen instantes donde todo pareciera congelarse en un instante.
Y se disfruta ... se disfruta el placer de un momento sutil y aparentemente pequeño.
Un mate con una amiga, una lectura arriba de un colectivo, un paisaje cotidiano pero que,
en este período se ve transformado.
Una belleza que hasta entonces pasaba desapercibida,
hoy quizá, llena el alma.


Les dejo unas palabras de Deleuze & Guattari (de Rizoma en Mil Mesetas)
Su origen y contexto, en verdad poco tiene que ver con este post.
Pero me encanta y en realidad, creo que la vida misma es rizomatica.

¨ Devenir intenso ... devenir imperceptible ¨